domingo, 14 de septiembre de 2008

Acentos - Segundo Informe Confidencial


Acentos
Por Ilse Pineda Pérez
2° INFORME CONFIDENCIAL


Se dice en los libros de historia, que el informe presidencial tomó forma, cuando México inició su vida de país libre e independiente, cuando el general de división don Guadalupe Victoria en su carácter de Presidente del Supremo Poder Ejecutivo pronunció su primer discurso, el día siete de noviembre de 1823, en las instalaciones del Soberano congreso General Constituyente de los Estados Unidos Mexicanos; en esta ocasión, además de inaugurar el periodo de sesiones del Congreso, don Guadalupe Victoria hizo mención del estado que guardaban las cosas en el país, es decir, dio el primer informe.
Informar es dar noticia de un acontecimiento de cualquier tipo, e informe; con una definición un tanto incomprensible para este caso, es: que no tiene la forma que le corresponde y es de forma vaga e indeterminada.
Pues si, que contradicción, así que para tal situación prefirieron introducir el propio significado para nuestro país que se cita de la siguiente forma en el diccionario: México, Informe Presidencial, el presentado por el presidente en el que este da cuenta de la labor realizada en el transcurso del año y de los proyectos elaborados para el futuro de la nación
Hoy en día ese evento de gran magnificencia y relevancia para el país se convirtió en una pelea de perros, donde cada uno se está peleando por el hueso más grande.
Como no recordar aquellos años en que las actividades de todo México se paraban el 1ro de noviembre, para que todos como ciudadanos de un gobierno democrático, estuviéramos pendientes e informados de aquello que hacía el líder del ejecutivo en cuanto a salud, educación, petróleo, recursos naturales, economía, entre otros a favor del país.
Todo comenzaba con las cámaras de televisión en los pinos, tratando de adivinar que había desayunado el mandatario, o bien tratando de conseguir sus primeras impresiones o algún adelanto de su discurso.
Aunque bien es cierto que eran tres o cuatro cansadas horas frente al televisor, muchas veces con discursos llenos de rodeos y palabrería desechable, que personas comunes y corrientes, como vulgarmente se dice, no entendíamos, si era algo que significaba para muchos una rendición de cuentas, lo cual podía ser juzgado para su mejora, y en algunos casos para los descontentos y diferencias surgidas entre partidos.
Muy controvertidos fueron los informes de Vicente Fox, quien por su misma forma de lenguaje y desfachatez con la que llevó su campaña, hizo que surgiera una actitud nueva en muchos servidores de gobierno, quienes comenzaron a utilizar palabras informales y arrebatadas para señalar acciones del mismo presidente, silbidos, gritos e incluso pancartas como intentos de interpelación dentro del Palacio Legislativo.
Culminando con él una larga historia en cuanto al rito del informe de gobierno, con aquel recuerdo de los perredistas tomando la tribuna, quienes hasta la fecha, inconformes, no se han rendido y amenazan con que Felipe Calderón no entre al palacio Legislativo de San Lázaro. Quién diría que diputados y senadores convirtieran esto en un verdadero espectáculo de circo.
Sin duda, el nuevo formato en el que Felipe Calderón, tendrá que cumplir con esta obligación le será más reconfortante en algunas circunstancias, ya que poca gente tendrá la iniciativa de saber y buscar las declaraciones de lo realizado en su gobierno, lo cual lo hará inmune a muchas críticas y por lo tanto sus acciones no serán juzgadas. Se dice que con las pequeñas y contundentes capsulas en televisión la gente estará informada y que incluso el discurso será mejor recibido, pero ¿Qué puede informarnos en unos minutos de televisión, que no llegan ni siquiera a diez?
Pensemos que cada 1° de septiembre, teníamos la oportunidad de involucrarnos aunque sea un poquito en las acciones del gobierno, que afectan directamente la vida de todos nosotros como ciudadanos mexicanos. Era una única ocasión por año, en que se transmitía por cadena nacional una reunión donde cada gobernador asistía y los diferentes oradores en representación de cada partido político le dirigían propuestas para llevar al país a mejores días.
Pero este año estamos fuera, no sabremos casi nada acerca de la situación del país, la función del circo se terminó y con ello nuestro derecho a ser informados sufrió una grave sacudida.
No sabemos cuánto dure este “nuevo formato”, pero tenemos la tarea de preguntar, exigir e informarnos sobre lo que ocurre con nuestro territorio, bienes, recursos naturales, petróleo, dinero y todo aquello que ponemos en manos de alguien que “se compromete” a procurarnos el bien. Aún estamos a tiempo de rescatar aquello que nos da identidad como pueblo libre e independiente y no olvidemos que nos regimos bajo la democracia, aunque en ocasiones parezca que uno sólo es dueño del país.

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