
El triunfo de la razón
En estos últimos tiempos se han presentado varios dilemas sobre la defensa a la vida, y es que, con tanto problema de inseguridad y demás “borlotes” que están de moda en el país, estos temas referentes sobre legalizar o no el aborto resultan bastantes complejos y con grado inmenso de debate. Además generan ciertas fricciones entre los grupos defensores y opositores. Sin embargo el aborto legal en la ciudad de México ya es una realidad, ya que el 28 de agosto llegó a su fin la resolución que establecía como inconstitucional, la practica del aborto en el Distrito Federal, refutada por la PGR y CNDH. La llamada Interrupción Legal del Embarazo (ILE), permite abortar al producto antes de las 12 primeras semanas de gestación, decisión de la Suprema Corte de Justicia Nacional.
Abordar este tema, implica muchas opiniones encontradas, y lo tomo de una manera seria, pues merece este punto de partida, ya que no se habla de una situación pasajera, es algo real y que implica una nueva vida, simplemente me cuadra en lo más profundo. Desde mi punto de vista humano, considero que la vida prevalece por sobre toda acción o medida, el respeto a la misma, debe de garantizarse desde que se engendra el nuevo ser, claro esta, sin la intervención privativa humana, ya que no se trata de una cosa o simple animal, se trata de un ser humano que tiene las mismas oportunidades y derechos que tenemos, de conocer, actuar, desarrollarse y de pensar.
Respeto mucho la inclinación femenina de su derecho a decidir sobre su cuerpo, las condiciones sociales en las que puedan desarrollarse. Es triste saber que el momento histórico que se vive en el país, la depravación, injusticias y la delincuencia se ha desbordado, las consecuencias son muy graves, pues en este plano, el abuso sexual, incluso de los familiares a la mujer genera muchos embarazos no deseados, e inclusive el resentimiento al ser que nace. Abortar en estos casos puede ser justificable, no obstante no es la salida correcta, y no quiero discriminar a la mujer, simplemente ella tiene la última dedición de hacerlo o no. Hay que darle chance al nuevo ser a que pueda experimentar la vida, posiblemente él sea la diferencia entre esta sociedad tan percudida. Por otro lado, el bienestar de la mujer, si ella decide continuar con el desarrollo del nuevo ser, se enfrentara a una adversidad ambigua, quizá problemas económicos, psicológicos, a la marginación de sus propios familiares, sin embargo tendrá una recompensa muy grande: el calor humano. Los que tienen o tuvieron la fortuna de ser padres, déjeme decir, que es la experiencia más satisfactoria como humano, que te nutre como tal y que te deja una huella de alegría imborrable…
Actualmente, en pleno siglo XXI, se vive una gran paradoja, me refiero a la era de la información, que resulta más bien ser la era de la desinformación, pues con la acumulación y la diversidad sobre distintos temas, ocasionan una terrible confusión principalmente en los jóvenes. Incorporando los mensajes comerciales sugestivos, que los medios de comunicación muestran, hacen que se desborden las neuronas “calenturientas” a nivel masivo, que lógico, se aceleran un deseo natural justificable, sin embargo, se omite la parte conciente actuado sin esa razón y las consecuencias de los actos se manejan instintivamente.
Por otra parte, la institución formadora de la sociedad, se encuentra severamente dañada, me refiero a la familia, pues es en ella donde se da el principal troquelado del ser humano, allí se aprende todas esa bases que formaran al hombre del mañana.
Aquel que tiene el valor de reconocerse, aprende la humildad de conocer su precio como ser humano.
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